Bélgica

Excursión en familia: una forma divertida de descubrir nuevos lugares

enero 5, 2015

Hacer un viaje con toda la familia puede resultar complicado, pero es también una buena oportunidad para convivir más tiempo todos juntos y descubrir algún lugar encantador cerca de casa.

Nuestra excursión a un ‘destino sorpresa’
Una de las ventajas de la mayoría de los países europeos, es que las distancias son muy cortas, lo que facilita este tipo de viajes. En Bélgica por ejemplo, puedes atravesar en 3 horas el país de punta a punta. Así que para concluir la temporada de vacaciones navideñas de la manera más divertida, mi cuñada Sandra organizó un day trip en familia, que incluía hijos, padres, tíos, primos, sobrinos, hermano y cuñada mexicana (o sea yo ;-)).

Como no es fácil organizar un viaje para 17 personas, incluyendo 6 niños -entre 2 y 9 años-, sobre todo si se involucra a todos en la toma de decisiones, en este caso la organizadora tomó las riendas y decidió elegir un destino “sorpresa”. Quería una ciudad hermosa, que ofreciera algo súper divertido para los niños, a la que pudiéramos viajar en tren y que fuera un lugar accesible para familias, con restaurantes donde aceptaran grupos grandes y niños (aunque esto parezca lógico, en ciudades como París o Nueva York, resultaría casi imposible).

Así que salimos muy temprano en auto desde Weywertz (en la región de habla alemana) rumbo a la estación de tren en Eupen, ahí empezó la aventura, nadie sabía a dónde íbamos. Los niños estaban muy emocionados de viajar en tren juntos, todo era una nueva experiencia para ellos. A la hora de cambiar de tren en Leuven, ahí se dio a conocer el destino final: ¡Amberes!

Los niños disfrutando el tren. Foto © Silvia Lucero
Los niños disfrutando el tren. Foto © Silvia Lucero
Desayunando croissants con Miro. Foto © Patrick Mreyen
Desayunando croissants con Miro. Foto © Patrick Mreyen
Escuchando a Diana Krall con Diego. Foto © Patrick Mreyen
Escuchando a Diana Krall con Diego. Foto © Patrick Mreyen

La primera impresión de Amberes -Antwerp en inglés- fue magnífica, ya que la estación de tren es espectacular (pero de Amberes hablaré en otro artículo, porque es una ciudad demasiado bella para no entrar en detalle). La primera parada fue para ver las esculturas gigantes de hielo de Disney Paris.

Estación de trenes de Amberes ¡hermosa! Foto © Silvia Lucero
Estación de trenes de Amberes ¡hermosa! Foto © Silvia Lucero
La primera foto en grupo. Foto © Silvia Lucero
La primera foto en grupo. Foto © Silvia Lucero

Las esculturas eran impresionantes con todos los personajes de Disney, un pequeño laberinto, un resbaladero de hielo y un bar donde pudimos calentarnos un poco bebiendo glühwein. Fue una experiencia muy divertida para todos.

Esculturas de hielo de Disney Paris en Amberes. Foto © Silvia Lucero
Esculturas de hielo de Disney Paris en Amberes. Foto © Silvia Lucero
Adentro está a -6ºC, así que un gluhwein (vino caliente) cae de maravilla con el frío. Foto © Patrick Mreyen
Adentro está a -6ºC, así que un gluhwein (vino caliente) cae de maravilla con el frío. Foto © Patrick Mreyen
Antes de resbalarnos. Foto © Silvia Lucero
Antes de resbalarnos. Foto © Silvia Lucero

Después de ‘descongelarnos’ un poco, llegó la hora de comer. Una de las ventajas de tener amigos internacionales, es que te pueden dar las mejores recomendaciones de lugares locales. En este caso nos recomendaron un restaurante muy bueno, bonito, económico y cómodo para ir en familia, L’Entrepot du Congo, donde comimos delicioso.

En el restaurante. Foto © Silvia Lucero
En el restaurante. Foto © Silvia Lucero
Stoofvles (carbonnade flamande) un plato típico de Bélgica. Foto © Silvia Lucero
Stoofvles (carbonnade flamande) un plato típico de Bélgica. Foto © Silvia Lucero

Al ir con niños es complicado hacer muchas actividades turísticas, así que optamos por hacer todo de la manera más relajada posible. Caminamos un poco por las calles de Amberes, impresionados con todo lo que veíamos, es una ciudad muy chic, llena de tiendas, cafés, restaurantes y plazas llenas de encanto.

El primero reto, subirnos todos al metro con los pequeños. Foto © Patrick Mreyen
El primero reto, subirnos todos al metro con los pequeños (el tío el más divertido jugando en las escaleras eléctricas). Foto © Patrick Mreyen
Edificio en Amberes. Foto © Silvia Lucero
Edificio en Amberes. Foto © Silvia Lucero

Cuando llegó la hora de regresar sentimos que nos había faltado tiempo para hacer más cosas, pero al menos pudimos disfrutar de un domingo diferente, fuera de casa.

Viajes relámpago como éstos, son la prueba perfecta de que no es necesario tomar un avión, tener dos semanas de vacaciones y gastar mucho dinero para salir de tu zona de confort y ver lo que tienes cerca de casa. A veces tenemos cosas maravillosas más cerca de lo que pensamos, sólo es cuestión de tomar la iniciativa, tener más curiosidad y transmitir al resto del grupo ese espíritu explorador.

Otros enlaces de interés:
Cómo viajar con niños pequeños
Viajar a Flanders en Bélgica, página oficial

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  • Margarita
    enero 5, 2015 at 2:12 pm

    Me encanto tomare esa forma de viajar aquí en usa gracias y feliz año 2015 a ti y toda la familia.

    • Silvia Lucero
      enero 5, 2015 at 5:03 pm

      Sí, son viajes muy divertidos Margarita. Gracias y feliz año para ti y tu familia también!