Bolivia

Descubriendo la sagrada Isla del Sol en el Lago Titicaca

marzo 30, 2015

Como ya te habrás dado cuenta, me encanta viajar a lugares donde reine la naturaleza y me dejen boquiabierta los paisajes, tal como me ocurrió en el increíble Lago Titicaca. Por eso te comparto mi experiencia y te advierto que te van a entrar unas ganas locas por descubrir ese lugar mágico.

El Titicaca es el lago navegable más alto del mundo, ya que se encuentra a una altitud de más de 3,800 metros sobre el nivel del mar y el más grande de Sudamérica. Tiene una superficie de 8,549 km² y es compartido entre Perú y Bolivia. Tiene playas, unas 14 islas y un conjunto de islas artificiales flotantes.

Islas en Lago Titicaca. Foto © Silvia Lucero
Islas en Lago Titicaca. Foto © Silvia Lucero

Nosotros visitamos el lado boliviano, primero llegamos al pueblo de Copacabana (del cual hablo más adelante) y ahí nos embarcamos rumbo a la Isla del Sol, la más grande del lago. Un lugar sagrado que durante el período Inca fue un santuario con un templo con vírgenes dedicadas al dios del Sol Inti.

En cuanto llegas hay que subir unos 60 metros por una larga escalera de piedra, lo cual resulta bastante pesado con el equipaje y la altura. Pero hay que hacerlo poco a poco e ir disfrutando las vistas maravillosas. Te recomiendo dejar tu equipaje en Copacabana y cruzar a las islas sólo con una mochila pequeña, nosotros lo dejamos en un hotel.

TEXTO. Foto © Silvia Lucero
Cuando llegas a la Isla del Sol, te encuentras con que hay que subir por esta escalera hasta la cima. Foto © Silvia Lucero
Con la altura y el equipaje, la subida es súper pesada. Foto © Patrick Mreyen
Con la altura y el equipaje, la subida es súper pesada. Foto © Patrick Mreyen

Esta isla está habitada en su mayoría por indígenas quechua y aymara. Es muy común verlos con sus llamas, transportando cosas en sus burros, pastoreando y a los niños corriendo a tomarse fotos con los turistas. También verás las terrazas creadas para los cultivos, las cuales hacen que se vea más atractivo el paisaje.

La gente se acerca y se toma fotos contigo. Foto © Patrick Mreyen
La gente se acerca y se toma fotos contigo. Foto © Patrick Mreyen
Isla del Sol, en el lado boliviano del Lago Titicaca. Foto © Silvia Lucero
Isla del Sol, en el lado boliviano del Lago Titicaca. Foto © Silvia Lucero
Los paisajes son hermosos. Foto © Silvia Lucero
Los paisajes son hermosos. Foto © Silvia Lucero
Paisajes de la Isla del Sol. Foto © Silvia Lucero
Paisajes de la Isla del Sol con sus terrazas para cultivo. Foto © Silvia Lucero
El día a día. Foto © Silvia Lucero
El día a día. Foto © Silvia Lucero

La Isla del Sol mide 9.6 km de largo por 4.8 km de ancho y lo más recomendable es seguir la ruta del Camino Inca para ver los paisajes espectaculares y visitar las zonas arqueológicas como Chinkana, el Palacio de Pilkokaina, la Roca Sagrada (donde según la leyenda empezó el Estado Inca) y la Escalinata de Saxamani en Yumani.

Caminando en la Isla del Sol, parecía que íbamos rumbo al cielo con este paisaje increíble. Foto © Silvia Lucero
Caminando en la Isla del Sol, parecía que íbamos rumbo al cielo con este paisaje increíble. Foto © Silvia Lucero
Caminando rumbo a la zona arqueológica en la Isla del Sol. Foto © Patrick Mreyen
Camino Inca rumbo a la zona arqueológica en la Isla del Sol. Foto © Patrick Mreyen
Zona arqueológica. Foto © Silvia Lucero
Zona arqueológica. Foto © Silvia Lucero

También vimos playas muy bonitas, pero hacía frío como para tumbarse a tomar el sol (nosotros fuimos en invierno) y el agua tiene una temperatura promedio de unos 15 ºC.

Playa en Isla del Sol. Foto © Silvia Lucero
Playa en Isla del Sol. Foto © Silvia Lucero
Foto © Silvia Lucero
Foto © Silvia Lucero

Una experiencia que no hay que perderse es ver el atardecer desde alguno de los miradores. Aunque tengo que decir que para mí lo más hermoso fue cuando salió la luna llena enorme y brillante, parecía que iba saliendo de la Isla de la Luna que está enfrente de la Isla del Sol.

Toca recorrer la isla para ver todas sus maravillas e ir a ver el atardecer. Foto © Patrick Mreyen
Toca recorrer la isla para ver todas sus maravillas e ir a ver el atardecer. Foto © Patrick Mreyen
Patrick posando con esta nenita preciosa. Foto © Silvia Lucero
Patrick posando con esta nenita preciosa. Foto © Silvia Lucero
Vista de la Isla de la Luna. Foto © Silvia Lucero
Vista de la Isla de la Luna. Foto © Silvia Lucero
La luna impresionante parecía que iba saliendo de la Isla de la Luna. Foto © Patrick Mreyen
La luna impresionante parecía que iba saliendo de la Isla de la Luna. Foto © Patrick Mreyen

Como la altura en este tipo de viajes afecta bastante, es mejor dormir una o dos noches en la isla. Nosotros nos quedamos en el Ecolodge La Estancia, que nos encantó, sobre todo por las vistas.

Vistas desde nuestro hotel. Foto © Silvia Lucero
Vistas desde nuestro hotel. Foto © Silvia Lucero

De regreso en Copacabana, un pueblo muy pintoresco situado entre colinas, visitamos la bellísima Basílica de la Virgen de la Candelaria, no hay que perdérsela.

Basílica de la Virgen de la Candelaria 'Virgen Morena'. Foto © Patrick Mreyen
Basílica de la Virgen de la Candelaria ‘Virgen Morena’. Foto © Patrick Mreyen

Aquí finalizamos nuestra aventura en Bolivia, cruzando en autobús a Perú, pero iniciamos otra yendo en otro camión ‘infernal’ hasta Cuzco para seguir nuestro gran recorrido por Sudamérica.

Y ahí dejamos Bolivia para continuar nuestra aventura en Perú. Foto © Patrick Mreyen
Y ahí dejamos Bolivia para continuar nuestra aventura en Perú. Foto © Patrick Mreyen

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  • cristina
    abril 6, 2015 at 1:46 pm

    Interesante post ! Bellísimas fotos ! Gracias ! Te leo siempre.
    saluditos desde Bs . As.

    • Silvia Lucero
      abril 6, 2015 at 9:45 pm

      Gracias! Saludos hasta Buenos Aires!