Rumania

Sibiu: mi primer encuentro con Transilvania (Parte I)

agosto 17, 2016

Tenía mucha curiosidad de conocer Rumania, en especial la región de Transilvania y no voy a inventar razones, quería conocer por la novela de Drácula y por Vlad el Empalador y todas las historias que lo rodean. Siempre imaginé los pueblos y paisajes hermosos, pero llenos de misterio. Además Patrick, está obsesionado con el tema de los vampiros, así que no podíamos dejar Rumania fuera de nuestro viaje por Europa del Este y qué bueno que no lo hicimos porque nos conquistó.

Decidí dividir el artículo en dos partes, porque Sibiu es perfecta para sacar fotografías, ha sido de mis lugares favoritos en este recorrido, así que a esta pequeña ciudad dedico la primera parte. En la segunda hablaré sobre Brasov, el famoso Castillo de Bran y la bella ciudadela de Rasov.

¿Qué vimos en Transilvania?
Llegamos a Sibiu desde Budapest, después de un largo viaje de 10 horas. Se suponía que los boletos eran para primera clase, pero la verdad es que en ese tren no creo que hubiera mucha diferencia, tal vez que la primera iba más sola que el resto, pero era todo.

Lo mejor fue, que por error nos íbamos a quedar en la segunda clase, que no hubiera pasado nada, en esta ocasión viajamos en primera por el tipo de pase que obtuvimos con Rail Europe, eso fue todo. Pero sí hubiéramos tenido un percance, ya que pasando la frontera de Hungría a Rumania, desprendieron de repente parte del tren y si nos hubiéramos quedado en ese vagón que no era el nuestro, nos hubiésemos quedado perdidos ahí en un pueblo solitario. Nos dio mucha risa imaginar esa situación.

¿Dónde quedó la mitad del tren? Foto © Patrick Mreyen
¿Dónde quedó la mitad del tren? Foto © Patrick Mreyen

Finalmente llegamos a Sibiu y nos quedamos sorprendidos. Solo tuvimos esa noche y la mañana siguiente para recorrer la ciudad, pero me asombró mucho, las plazas enormes con edificios preciosos y sobre todo las casas pintadas en colores pastel, con sus tejados tirándole a viejo, pero con un aire misterioso.

La noche era perfecta en Sibiu, con sus edificios iluminados. Foto © Silvia Lucero
La noche era perfecta en Sibiu, con sus edificios iluminados. Foto © Silvia Lucero

No sé si era la emoción de estar por primera vez en Transilvania, pero todo me parecía que tenía un toque novelesco, las escaleras, los puentes, los túneles, las calles estrechas. Simplemente, me enamoré de Sibiu.

La ciudad es súper fotogénica, puedes pasar horas fotografiando cada edificio o tonteando como solemos hacer nosotros. Foto © Silvia Lucero
La ciudad es súper fotogénica, puedes pasar horas fotografiando cada edificio o tonteando como solemos hacer nosotros. Foto © Silvia Lucero
El ataque del vampiro. Foto © Silvia Lucero
El ataque del vampiro. Foto © Silvia Lucero
El túnel que se encuentra bajo la Torre del Consejo y que comunica a la Plaza Grande con la Plaza Chica. Foto © Patrick Mreyen
El túnel que se encuentra bajo la Torre del Consejo y que comunica a la Plaza Grande con la Plaza Chica. Foto © Patrick Mreyen

Una ciudad histórica con gran influencia sajona, ya que durante siglos tuvo colonias germánicas. Y después fue la capital de Transilvania.

Plaza Grande. Foto © Patrick Mreyen
Plaza Grande. Foto © Patrick Mreyen

Sibiu debió haber cambiado mucho en los últimos años, ya que solamente hasta el 2002 empezaron los trabajos para rehabilitar la ciudad. Y la dejaron tan linda, que logró ser Capital de la Cultura Europea en el año 2007.

Me fascinaron las casas "con ojos" de Sibiu. Foto © Silvia Lucero
Me fascinaron las casas “con ojos” de Sibiu. Foto © Silvia Lucero

Nosotros no alcanzamos a hacer muchas visitas turísticas, preferimos dedicar el poco tiempo que teníamos a caminar por sus calles y tomar fotos. Pero al menos alcanzamos a ver la Iglesia Evangélica de Santa María, la Torre del Consejo, el Puente de los Mentirosos (que según la leyenda se derrumba si estás en él y dices una mentira), la Plaza Grande, la Plaza Chica y la calle Nicolae Bălcescu, donde puedes encontrar muchas tiendas y restaurantes.

Interior de la Iglesia Evangélica de Santa María. Foto © Silvia Lucero
Interior de la Iglesia Evangélica de Santa María. Foto © Silvia Lucero
El Puente de los Mentirosos. Foto © Silvia Lucero
El Puente de los Mentirosos. Foto © Silvia Lucero
De noche se ve preciosa con la iluminación. Foto © Silvia Lucero
De noche se ve preciosa con la iluminación. Foto © Silvia Lucero
Por las calles de Sibiu. Foto © Silvia Lucero
Por las calles de Sibiu. Foto © Silvia Lucero
Casa típica. Foto © Silvia Lucero
Casa típica. Foto © Silvia Lucero

Cena tradicional
Como duramos todo el día en el tren, llegamos con bastante hambre, pero queríamos cenar bien y probar la cocina local. Esa noche cenamos en un lugar muy popular llamado Crama Sibiul Vechi; ocupa el primer lugar en Tripadvisor, así que ya te imaginarás lo lleno que suele estar.

Restaurante Crama Sibiul Vechi. Foto © Silvia Lucero
Restaurante Crama Sibiul Vechi. Foto © Silvia Lucero

Nos tocó esperar una media hora, pero valió la pena porque es muy bonito y se come de maravilla. Nosotros pedimos una botella de vino tinto de Rumania y dos platos típicos (de los que quedaban, porque a esa hora -eran las 9 de la noche-, ya no tenían muchas especialidades), pero igual quedamos muy satisfechos.

Plato típico delicioso, era puerco relleno de tocino y queso, acompañado con polenta. Foto © Patrick Mreyen
Plato típico delicioso, era puerco relleno de tocino y queso, acompañado con polenta. Foto © Patrick Mreyen

Maison Elysée
Nos hospedamos en la Maison Elysée, que tenía una ubicación perfecta, muy cerca de la Plaza Grande. Era un hotel boutique nuevo, precioso y lleno de detalles.

Sala de nuestra habitación. Foto © Patrick Mreyen
Sala de nuestra habitación. Foto © Patrick Mreyen

Además era barato, por ejemplo pagamos alrededor de 50 euros por la suite presidencial, con sala, un baño muy moderno y una habitación muy amplia donde descansamos súper bien.

Nuestra suite en la Maison Elysée. Foto © Silvia Lucero
Nuestra suite en la Maison Elysée. Foto © Silvia Lucero

Empezamos muy bien en Rumania, aunque creo que nos faltó al menos un día más en Sibiu. Lamentablemente teníamos que partir a nuestro siguiente destino, Brasov, para ver el famoso Castillo de Bran y otras atracciones, de las que te hablaré en la Parte II.

Nuestra historia por Rumania continuará…

¿Te gustaría viajar a Rumania y a Europa del Este? Escríbeme a silvia.lucero@tripdreaming.com