Islandia

La maravillosa Laguna Azul

enero 23, 2016

A unos 50 kilómetros de Reikiavik, se encuentra la Laguna Azul, un balneario enorme de agua geotermal, considerado una de las maravillas de Islandia –y del mundo-. ¿Por qué es tan especial?

Cuando decides viajar a Islandia ya sabes que vas a ver paisajes de película, pero ir y sumergirte en su atracción más famosa, la Laguna Azul, es una experiencia que tienes que vivir alguna vez en tu vida.

Laguna Azul en Islandia. Foto © Patrick Mreyen
Laguna Azul en Islandia. Foto © Patrick Mreyen

Cuando tuve la oportunidad de viajar a ese país con Patrick y amigos cercanos, después de pasar varios días disfrutando de Reikiavik y su Círculo de Oro, decidimos llegar a la laguna antes de ir al aeropuerto, para tener una tarde relajante antes de volar de vuelta a casa.

Foto © Patrick Mreyen
Foto © Patrick Mreyen

Era un mes de septiembre y ese último día el clima no era muy agradable que digamos, sobre todo cuando vi que el termómetro marcaba 0ºC. Debo reconocer que después de ponernos el traje de baño y ver hacia la laguna a través de la ventana, el panorama no resultaba muy alentador. Pero nos dio valor que la temperatura natural del agua es de unos 39ºC (102ºF) y que puedes introducirte a la laguna desde el interior del edificio donde se encuentra el spa.

El termómetro marcaba los 0 grados. Foto © Patrick Mreyen
El termómetro marcaba los 0 grados. Foto © Patrick Mreyen
Por la ventana la vista no invitaba mucho al agua. Foto © Patrick Mreyen
Por la ventana la vista no invitaba mucho al agua. Foto © Patrick Mreyen
Lo bueno es que puedes meterte al agua (que está a unos 40 º C), desde el interior del edificio. Foto © Patrick Mreyen
Lo bueno es que puedes meterte al agua (que está a unos 40 º C), desde el interior del edificio. Foto © Patrick Mreyen

La laguna es preciosa con un color azul brillante por sus minerales, algas y sílica. Es enorme, tiene 9 millones de litros de agua que se renueva cada 40 horas. Mucha gente acude ahí porque tiene propiedades curativas para la piel. Además el paisaje es realmente fascinante.

Recuerdo que me sorprendió mucho que mientras nosotros apenas asomábamos la cabeza, los islandeses entraban y salían de la laguna como si fuera un típico día de verano; las chicas se montaban en los hombros de los amigos y jugaban en el agua y yo los veía con la cara helada.

Laguna Azul. Foto © Patrick Mreyen
Laguna Azul. Foto © Patrick Mreyen
Para otros es más fácil tolerar el frío. Foto © Patrick Mreyen
Para otros es más fácil tolerar el frío. Foto © Patrick Mreyen

Eso sí, después de la laguna terminamos relajadísimos en los camastros del spa, preparándonos para el vuelo de regreso y para volver a la rutina laboral.

La siesta inevitable después de la laguna. Foto © Patrick Mreyen
La siesta inevitable después de la laguna. Foto © Patrick Mreyen

Algunos dirían “been there, done that”, pero yo no he podido cruzar de mi lista Islandia, al contrario entre más lo recuerdo, mayor es la necesidad de volver a ese país mágico en busca de más experiencias únicas que sólo ahí puedes encontrar.

Dónde: Laguna Azul a 50 kilómetros de Reikiavik.
Precios: desde 40 hasta 195 euros. La capacidad es limitada, así que es recomendable hacer reservación.
Más información aquí.