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Hotel Milu, como hospedarse en una galería de arte

agosto 17, 2018

Creo que si en algo estamos de acuerdo con respecto a Florencia, es que con solo escuchar su nombre ya la asocias de inmediato con tres palabras: historia, arte y elegancia. Eso mismo pensé cuando entré al Hotel Milu, donde el arte cobra vida y se fusiona con el estilo de vida del viajero.

Ubicación de lujo… literal

Para empezar el hotel está situado en pleno corazón del centro histórico, en la Via de’ Tornabuoni, una elegante calle donde también están situadas muchas tiendas famosas de marcas lujosas. Y a menos de 10 minutos caminando de las principales atracciones de la ciudad como el Ponte Vecchio y la Piazza della Signoria.

Via de’ Tornabuoni, donde se sitúa el Hotel Milu. Foto © Patrick Mreyen

Aunque maneja un concepto de hotel boutique urbano -tiene solo 22 habitaciones-, está situado en un edificio antiguo que ha sido en parte remodelado o ampliado, pero que aún preserva sus partes históricas que han sido protegidas por la UNESCO, como las columnas grises de la entrada, o parte del barandal de hierro de las escaleras. En cuanto me contaron como habían fusionado lo histórico con lo moderno, ya me había enamorado del hotel.

A la entrada del hotel. Foto © Patrick Mreyen

Y es que desde que entras te cautiva todo el arte que lo rodea. Por ejemplo tienen una recepción pequeña, pero no podía ni prestar atención porque mi mirada ya estaba concentrada en un cuadro hermoso que fue hecho por la propietaria Carmel Ilan.

Cuadro de la artista y propietaria Carmel Ilan a la entrada del Hotel Milu. Era tan impresionante porque en persona parecía papel. Foto © Silvia Lucero

Por cierto cabe destacar que tienen un personal de primera, súper amable, que nos hizo sentir de inmediato como en casa. De hecho uno de ellos (que era de Sevilla) fue quien me explicó muchas de las obras de arte.

Otra de las obras de Carmel Ilan. Foto © Silvia Lucero

Subimos a nuestra habitación que estaba en el último piso -el edificio cuenta ahora con cinco pisos-, en un elevador súper cool de cristal con madera que permite que vayas apreciando las obras de arte mientras subes (o bajas). Pero como desde la entrada ya había visto las primeras obras, decidí bajar ya con más calma por las escaleras para apreciar todas las obras de arte y tomar muchísimas fotos.

Arte por todos los pisos del hotel. Foto © Silvia Lucero
Obras de diversos artistas adornan las paredes del Milu. Foto © Silvia Lucero
Foto © Silvia Lucero

Muchas de las obras son de Carmel Ilan (quien trabaja de manera impresionante con papel), y de otros artistas amigos de ella. Algunas obras están a la venta, otras no. Pero lo que más me gustó es que todo ha sido combinado a la perfección con lo antiguo, te puedes encontrar una silla de madera de otro siglo, al lado de una obra contemporánea.

The Wondering Jew Waterfall de Itamar Sagi. Foto © Silvia Lucero
La silla antigua de otro siglo con el arte contemporáneo. Foto © Silvia Lucero


Habitaciones minimalistas
Y podría seguir emocionada contando todo lo que vi, pero hay que hablar también de lo que ofrece al viajero, que es el descanso. Cada habitación tiene una decoración diferente, no son muy grandes, ni muy recargadas, porque ese es su concepto, un lugar contemporáneo y minimalista. Pero ofrece el confort que uno busca al viajar: camas cómodas y un buen baño moderno. Nosotros teníamos también una terraza pequeña.

Nuestra habitación. Foto © Silvia Lucero
Los cuartos son pequeños, minimalistas, pero con algún toque de diseño en las lámparas, espejos y algún objeto antiguo. Foto © Silvia Lucero

A pesar de estar situado en una zona muy concurrida de Florencia, no se escuchaba el ruido y pudimos descansar muy bien. Algo elemental en una ciudad como ésta en la que terminas rendido de tantas cosas que hay por visitar.

En la terraza. Foto © Silvia Lucero

El desayuno
El desayuno estaba muy rico, era estilo buffet mediterráneo, el cual sirven en la terraza y aunque a nosotros nos tocó una Florencia bastante calurosa, nos contaron que en invierno sacan calentones y dejan a una temperatura tan agradable la terraza, que puede hacer un frío terrible, pero los huéspedes desayunan bajo una temperatura muy agradable.

El desayuno buffet. Foto © Patrick Mreyen

Y vuelvo con la decoración –pero es parte de la experiencia que ofrece este hotel-, el área de desayuno es muy linda con todos los utensilios muy coloridos y donde puedes encontrar más cuadros y un espejo moderno. Porque tanto en los espejos como en las lámparas han puesto también mucho énfasis para que sean distintos en todos los cuartos y áreas comunes.

No dejé de tomar fotos. Foto © Silvia Lucero


La librería colorida
Al lado del restaurante se encuentra la librería, que es una pequeña sala de estar donde predominan los libros de diseño de interiores -por supuesto-. Ahí nos pusimos a trabajar un rato, porque tienes vistas bonitas de otros edificios históricos y todo está lleno de color. Ahora que lo pienso la decoración del hotel me levantaba el ánimo.

La librería fue de mis partes favoritas. Foto © Silvia Lucero
Un hotel lleno de detalles. Foto © Patrick Mreyen
Trabajando un poco. Foto © Silvia Lucero


¿Para qué tipo de viajero es?
Este hotel me encantó para aquellos viajeros amantes del diseño y el arte contemporáneo. Los que buscan una experiencia chic, pero que también prefieren un trato mucho más personalizado y sobre todo para los que prefieren un hotel más pequeño y no las clásicas cadenas grandes.

A mí me pareció un hotel moderno, con mucho estilo, pero que no ha olvidado la esencia artística de la ciudad donde se encuentra.

*Gracias al Hotel Milu por su amable hospitalidad.

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