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Palazzo Castri 1874, un oasis secreto

septiembre 17, 2018

Tenía 19 años sin haber vuelto a Florencia, no sabía cómo la iba a encontrar o qué tanto había cambiado. Al llegar salí de la estación de tren y caminé hasta donde me hospedaría la primera noche, mi primera noche después de casi dos décadas en la ciudad que para mí es la más bella del mundo. Así que como quien dice mi primera experiencia en este retorno me la dio el Palazzo Castri 1874 ¿cómo fue?

Cada edificio es una sorpresa en Florencia, todos tienen una historia o son mansiones impresionantes. Con el boom de los hoteles boutique en edificios históricos, cada uno tiene que tener su identidad y ofrecer algo que los haga diferentes y este palazzo ofrece una experiencia refrescante, sofisticada, para vivir Florencia de una manera más chic.

Un oasis escondido

Voy a empezar con lo que lo hace distinto a otros hoteles. Tiene un jardín llamado La limonaia que es lo suficientemente grande como para dar privacidad a los huéspedes que buscan relajarse y alejarse un poco del bullicio de la ciudad, no hay que olvidar que Florencia es una de las ciudades más turísticas de Europa.

La limonaia en el Palazzo Castri 1874. Foto © Patrick Mreyen

La limonaia tiene camastros y sofás con sombrillas para descansar bajo las palmeras. Y como buen jardín de descanso tiene un carrito de helados, un bar -por supuesto- y una piscina que conecta al spa del hotel.

Un espacio para alejarse del bullicio de Florencia. Foto © Patrick Mreyen

Por cierto que el spa cuenta con piscina con hidromasaje, sauna finlandesa, baño turco, sala de reposo, tratamientos y todas esas cosas que nos encantan cuando nos damos el tiempo de consentirnos. Y este hotel me gustó para eso, para cuando la prioridad del viajero es relajarse y consentirse.

Spa del Palazzo Castri 1874. Foto © Silvia Lucero

La modernidad detrás del palazzo

El concepto del hotel es totalmente contemporáneo, pero clásico. Así lo vas viviendo desde que entras al lobby, con su  decoración contemporánea, sus cuadros y libros de diseño, pero sin dejar a un lado el toque clásico de la mansión en la que se encuentra ubicado.

Pasillo del hotel. Foto © Silvia Lucero
Bar del hotel Palazzo Castri 1874. Foto © Patrick Mreyen

Nos tocó una habitación muy bonita, muy cómoda, con vista al jardín donde también alcanzábamos a ver un poco el Duomo. Contábamos con muy buen espacio, un pequeño escritorio para trabajar y un armario moderno con espejo. Por cierto éste fue el primer donde vi que le ofrecen al viajero un celular de manera complementaria, durante su estancia en el hotel. Me pareció lo más práctico.

Nuestra habitación clásica. Foto © Silvia Lucero
Foto © Silvia Lucero
El hotel te ofrece celular gratuito durante tu estancia en el hotel. Foto © Silvia Lucero

El baño… me gusta hablar siempre de los baños que me dejan totalmente satisfecha, ya que como he mencionado en otros artículos, es algo esencial durante la estancia. Así sean chiquitos (porque seamos realistas, en Europa suelen ser más pequeños), no tienen porqué sacrificar la modernidad y sobre todo la comodidad del huésped.

En este caso se notaba que era nuevo, sencillo pero muy lindo, iluminado con una luz azul que ponen para que te relajes. La regadera era estilo lluvia (amo que tengan buenas regaderas) y te dan productos que la marca florentina Dr. Vranjes creó exclusivamente para el hotel bajo el nombre de La limonaia, como su jardín.

El baño moderno y con regadera estilo lluvia. Foto © Silvia Lucero

El desayuno toscano

El hotel tiene un restaurante muy bonito con vista al jardín, me gustó mucho su diseño, en especial su techo que parecía una colmena. Ahí te sirven todas las mañanas el desayuno tipo buffet elaborado con productos de la Toscana.

Restaurante del hotel. Foto © Patrick Mreyen

La ubicación

El hotel se encuentra a 7 minutos caminando de la estación de Santa María Novella y justo enfrente de la Piazza Indipendenza. En esa calle puedes encontrar muchos barecitos y restaurantes. De hecho cenamos en una cervecería muy rica que quedaba a unos metros del hotel.

Me sorprendió encontrar Florencia igual que como la dejé hace años, me parece que cambió muy poco, pero me encantó ver la diversidad que se está dando en la industria hotelera y cómo están rescatando y transformando esos edificios históricos en hoteles contemporáneos que ofrecen la máxima comodidad al viajero.

¿Para qué tipo de viajero es el Palazzo Castri 1874?

Me gustó mucho, lo recomendaría a todos, pero sé que cada viajero es distinto. Éste me encantó para parejas y para aquellos que prefieren los hoteles boutique. También para los que están dispuestos a pagar un poco más por una experiencia más sofisticada. A los que les gusta el diseño y los hoteles modernos con mucho estilo.

*Gracias al Palazzo Castri 1874 por su amable hospitalidad.

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