A quién vamos a engañar, todos soñamos con tomarnos la foto perfecta con la Torre Eiffel de fondo, así seas primerizo en París o la hayas visitado varias veces; porque la “Ciudad de la Luz” te despierta un amor que nunca termina. Con tantos rincones sorprendentes, ¿por qué limitarse siempre a las mismas fotos? Déjame compartirte algunas ideas diferentes para tu próximo viaje.
Murales del Marché des Batignolles
Como ya he mencionado en otros artículos de este blog, amo el arte urbano y uno de mis artistas favoritos es el francés Seth Globepainter, quien plasmó siete coloridos murales en el exterior del Marché des Batignolles, rindiendo homenaje a la literatura infantil con grandes personajes como Alicia en el País de las Maravillas y El Principito.
Sus murales se encuentran exactamente en el cruce de Rue Brochant y Rue Lemercier y como no es una zona muy turística, puedes pasar el tiempo que desees tomando fotos y videos frente a ellos.
Colonnes de Buren
El nombre oficial de esta obra es Les Deux Plateaux, realizada por el artista francés Daniel Buren (1986), la cual está ubicada en el Domain National du Palais-Royal, entre el bello jardín del palacio y lo que ahora es el Ministerio de Cultura. La obra consta de 260 columnas octagonales de distintos tamaños, con rayas en blanco y negro.
Librería Shakespeare and Company
Por décadas, esta librería ha sido un clásico de París para lectores y escritores angloparlantes y expatriados. Abierta desde 1951 por el estadounidense George Whitman, originalmente la llamó Le Mistral, pero luego le cambió el nombre en honor a la librera y editora Sylvia Beach, fundadora de la Shakespeare and Company original en 1919, que se ubicaba también en París.
La historia de Whitman y de su librería es lindísima, te aconsejo que la leas en su página antes de ir, para que disfrutes todavía más la visita. No te asustes al verla llena de turistas tomando fotos, ignóralos y grábate esta frase de Whitman para que vivas la experiencia que él quería que tuvieras: “Cree esta librería como un hombre escribiría una novela, construyendo cada habitación como si fuera un capítulo y me gusta que la gente abra la puerta, de la forma que abre un libro, un libro que los lleva al mundo mágico en su imaginación”.
La Maison Rose
Bueno, este punto sí es bastante turístico, sobre todo porque desde que lo han sacado en series como Emily in Paris, se ha convertido en uno de los spots favoritos de las influencers. Pero no importa, vale la pena navegar por el mar de turistas y esperar el momento indicado hasta tomar una buena foto.
A nosotros nos tomó un tiempo poder tomar fotos que se vieran un poco “menos llenas”, pero creo que perdimos más tiempo en estar de chismosos viendo las decenas de fotos que se tomaban chicas que -asumo eran influencers- y les quedaban padrísimas.
¿Vale la pena ir a verla? ¡Por supuesto! Pero te cuento rápidamente la historia de esta casita, para que al menos sepas qué estás viendo. No se sabe exactamente la fecha de su construcción, pero fue comprada en 1905 por el pintor catalán Ramón Pichot, quien la usaba de estudio. Ahí lo visitaron amigos famosos como Dalí y Picasso. Tras casarse en 1908 con la modelo Germaine Gargallo, fue ella quien pintó la casa rosa y abrió el restaurante La Maison Rose. Tras el paso de los años cambió de propietarios y siguió siendo visitada por muchos artistas. Actualmente, su reapertura se dio hasta el 2017, gracias a la nieta de quien fuera propietaria de la casa en 1948.
Las calles aledañas también son súper bonitas, están menos congestionadas y puedes sacar fotos preciosas de Montmartre, sobre todo si te toca el cielo azul. Yo a ese punto caminaba por la Rue de l’Abreuvoir con la pose típica de “tómame una foto y que parezca como que no me doy cuenta”, mientras en mi cabeza sonaba Sous le ciel de Paris. Sí, aunque pienses que qué exagerada, así de emocionada andaba.
Bajo el cielo de Chagall
Si hay una visita que no debes perderte, es al Palacio Garnier, el mismo teatro que inspiró la obra de El Fantasma de la Ópera. En este edificio neobarroco del siglo XIX, tomarás unas fotos espectaculares en sus escaleras majestuosas y en su sala ricamente decorada con hoja de oro y candelabros, que recuerdan a la Galería de los Espejos en Versalles.
Pero un punto que a mí me encantó para las fotos, fue en un balcón de la sala del teatro, donde puedes captar el gran candelabro de 8 toneladas con cristales y 340 bombillas y el impresionante techo pintado en 1964 por Marc Chagall. Sí, ahí también tendrás la cancioncita del musical de Lloyd Webber sonando en tu cabeza.
Rue de l’Université
Obviamente no podía irme sin dejarte este tip para una foto “casi” sin gente muy cerca de la Torre Eiffel. En Rue de l’Université, en el tramo entre Champ de Mars y Av. de la Bourdonnais, puedes tomar fotos bellísimas de la torre, desde un ángulo que parece “más residencial”.
Cuando fuimos estaba cerrado al paso de vehículos y me llamó la atención que estuviera tan solo, ya que hasta Google Maps lo señala como punto para tomar fotos. Ahí estuvimos un largo rato, junto a unos cuantos, experimentando con fotos y videos. No es la clásica imagen desde la Plaza del Trocadero o Champ de Mars, pero sí da otra perspectiva del punto más emblemático de Francia.
Tip de viaje: Si puedes, lleva un tripié con control Bluetooth, son muy baratos, prácticos de cargar en una bolsa pequeña y funcionan de maravilla.
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